Besos con Lengua


En escasas circunstancias, en las menos posibles, los besos con lengua graban en el alma un momento, una circunstancia, un instante infinitamente intenso y fugaz.

Una vez dí uno, pero no me acuerdo de la cara de quien me lo recibió. Más me acuerdo del calor de mi mejilla luego del chopazo que me cayó. Más me acuerdo de la risa que me dió después de la vergüenza.

Cuando tienes 12 años un beso con lengua es todo. Es la pérdida de una virginidad (en este caso celibato, pero prefiero la otra palabra) más importante y definitiva que la de la práctica sexual genital (guau, ahora me titulo de sexólogo, pero no puedo decir vaginismo).

Corren largos años desde ese entonces... en el camino recibí críticas duras, realmente severas, como por ejemplo la vez en que pelaron mi capacidad personal por dar "besos de licuadora".

Desde ese entonces, herido naturalmente, me propuse convertirme en el mejor besador del mundo, para lo que daría todos los besos que pudiera, a toda quien me los recibiera, y entonces llegaría un día a vengarme de quien me ha juzgado tan cruelmente, dándole un beso tan maravilloso que no pudiera sino querer que la besara por siempre, pero yo la abandonaría, haciéndola sufrir porque este campeón iría por la vida besando otras bocas y no la suya.

Bueno, cierto es que en ese recorrido me adentré en ámbitos más complejos que el simple acto de besar, pero siempre tuve más fijación en un buen beso que en un buen polvo.

Más fueron las veces en que volví buscando un beso que un polvo.

Con esta fijación, me creé un almanaque de besos, pero no incurriré en el ejercicio fofo de entregar definiciones, dejémosle eso a la Miss 17 o alguna revista rosadita para pendejas aburridas.

Lo que me ha hecho pensar, en esto de los besos con lengua, es que son ricos. Son corruptos, son perversos incluso, quisiera recuperar esa ansiedad que me causaba dar uno de esos besos cuando ejercitaba con una manzana. Como si estuviera cometiendo un delito, pero para eso creo que tendría que volver a nacer. Porque un beso con lengua es como el más sucio, el más difícil de dar, requiere de complicidad, que de hecho se pierde tras los siglos de matrimonio. Han visto algo más fome que el beso de regreso al hogar de un marido cansado de todo?...

Para darse un beso con lengua tiene que estar todo pasando, para un polvo... no necesariamente...

Esto es lo bueno de los besos con lengua...

NOTA: Por supuesto que no estoy hablando de cualquier beso con lengua, de esos que te das atracando por ahí, sino de esos especiales (que cursi!), de esos que cuesta atreverse a dar... de esos que quedan...

PD: Ahhh, no me resultó vengarme, resulté siendo cazador cazado!!!