Murphy

Murphy -faraón del pesimismo- nos regaló miles de razones por las cuales pensar que todo puede ser peor, y lejos de ser un consuelo, es una amenaza permanente de que todo lo que ya nos está siendo dificultoso, irá empeorando.

Cumpliendo fielmente la profecía Murphiana, relato una situación de oficina de hoy.

Hay que presentar una propuesta para la que trabajamos en equipo hasta las 2 de la mañana. Son las 8.30 AM, todos de vuelta en la oficina, encafeinados y al borde del colapso, nos aprestamos a preparar la entrega de la propuesta.

  1. 9.30 AM: No hay CDs, y la condición es entregar las carpetas de la propuesta, acompañadas con 2 copias en CDs de respaldo.
  2. El quiosco no abre hasta las 11 AM, por lo que se pospone conseguir el CD.
  3. La impresora no imprime más, porque bloqueó las impresiones porque faltaba tinta amarilla (aun cuando todo iba a ser impreso en negro y azul!).
  4. Se reinstalan los cartuchos, y la impresora no puede ser alcanzada por otro computador de la red, salvo por el que tiene directamente conectado, y que está con clave.
  5. El usuario de ese computador no está en la oficina… (lo llamamos al celular y por fin entramos, gracias a que nos dicta su curiosa contraseña)
  6. Salen las impresiones, pero hay que sumar un promedio de 16 atascos de papel, para un documento de 80 páginas.
  7. Compramos los CDs, pero el computador en que están los archivos tiene malo su grabador. Enviamos vía mail los archivos a un computador que si puede escribir discos.
  8. Intentamos imprimir una carátula para el disco, de esas autoadhesivas. Escribimos la info, damos la orden, y la impresora se traga el adhesivo, el que queda pegoteado en el rodillo.
  9. Invertimos 20 minutos en despegar el pegatín.
  10. Paralelamente, se intenta imprimir, en otro lugar, los sobres con la información contenida.
  11. Se terminan las carpetas, luego de perforar las hojas de a 4 (de un total de 300, en dos volúmenes, es decir, 600 hojas), porque la perforadora se traba con más hojas.
  12. Guardamos los archivadores dentro de los sobres. Los sellamos.
  13. Alguien descubre que los archivadores no contienen las boletas de garantía y debemos romper los sobres, recuperar las carpetas e incorporar ese documento.
  14. Estamos a 45 minutos del plazo fatal.
  15. Volvemos a imprimir los sobres.
  16. Guardamos los archivadores con toda la info.
  17. Se firman los sobres (condición de las bases técnicas)
  18. Descubrimos que los sobres que usamos son los antiguos, con datos de dirección, y teléfonos obsoletos.
  19. Se reimprimen todos los sobres.
  20. Se vuelve a guardar todo.
  21. Revisamos las bases técnicas por centésima vez para ver si está todo.
  22. Quedan dudas en nuestra oferta económica. Alguien olvidó si ofertó en pesos o en dólares.
  23. Se abren esos sobres.
  24. Estaban OK.
  25. Estamos a 15 minutos para entregar, y el viaje de quien debe llevar las carpetas tarda como 20 al punto de entrega.
  26. El emisario se va, a 10 minutos del plazo fatal.

Bueno… Murphy, espero que te hayamos ganado. No sé si los archivadores habrán llegado a tiempo.

PS: parece que a este señor Murphy lo ayudamos ene, gracias a la precariedad de los recursos de esta oficina... pasará lo mismo en una gran compañía, súper equipada?..

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